E: Cuando tenía exactamente 30 años me disloqué el hombro derecho.
Este acontecimiento desencadenó elgiro en mi modo de acercarme al Aikido.
Estando en esas condiciones, Seigo Yamaguchi me dijo: “Ud. estuvo practicando
Aikido por 10 años, pero ahora sólo tiene su brazo izquierdo… ¿Qué va Ud. a
hacer?”. Hasta ese momento yo no había practicado mucho con Yamaguchi Sensei,
pero después de su comentario decidí ir a sus clases tantas veces como pudiera.
Yo empezaba a darme cuenta de cuanto dependía de mi fuerza en los hombros y en
los brazos; y me había preguntado si era para mí posible continuar Aikido en
esa forma. Con tales cosas en mi mente, la pregunta de Yamaguchi Sensei fue el
empujón que me faltaba para acceder a mi próximo nivel de práctica. Aproveche
esta oportunidad para cambiar en 180 grados mi forma de acercarme al Aikido.
A todo el mundo le han dicho por lo menos una vez “Quita la fuerza de
tus hombros”. Yamaguchi Sensei también hablaba de practicar Aikiodo sin ayuda
de la fuerza. Por supuesto es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Cuando uno
trata de sacar la fuerza de sus hombros, a menudo el ki se va con ella. Se pude
hacer también una comparación con el esquí: haciendo todo lo posible por imitar
al profesor,unomejora rápidamente. Pero las cosas comienzan a fallar cuando uno
intenta hacerlo por su cuenta. Yo experimenté algo similar en mi intento por
librarme de la fuerza. Podía hacerlo cuando Yamaguchi estaba por ahí, pero tan
pronto se iba, me sentía incapaz. Era muy frustrante y siempre terminaba
practican a mi modo. Luché con este problema cerca de medio año.
Creo que fue Shinran (1173-1263, fundador de la Secta “Tierra Pura” de
Budismo) quien dijo: “Incluso cuando lo que dice mi maestro me parece un error,
incluso si me parece que estoy equivocado, tengo absoluta confianza en lo que
debe hacer y sigo el camino de mi maestro, incluso si me conduce al infierno.
“Yo pensé: ¿Por qué no? Si voy a perder mi camino por Yamaguchi Sensei, que así
sea”. A todo esto Yamaguchi Sensei me había dicho: “Incluso si no entiendes,
toma mi palabra y hazlo, sólo dale 10 años más o menos…” Eso fue lo que hice.
En vez de tratar de desprenderme de la fuerza (y volver a ella cuando la
técnica no funciona) resolví explorar únicamente la forma de la “No fuerza” sin
que me importara el resultado.
De todos modos, aunque ya estaba seguro en mi mente, las condiciones
de práctica no cambiaron. No tarde en darme cuenta que mis compañeros de
práctica no caían cuando yo trataba de tirarlos sin fuerza. No me quedaba otra
alternativa que decirles: “No puedo hacer está técnica aún, pero puedo pedirle
que tomes Ukemi de todos modos?” Era una pregunta inusual para un 4º dan, y la
gente quedaba un poco sorprendida. Así fue como comencé a practicar de este
nuevo modo, teniendo especial cuidado de no frustrarme o irritarme porque sabía
que eso me llevaría directo hacia la fuerza.
Mientras Yamaguchi Sensei me tiraba, murmuraba cosas como: “Cuanto más dejes ir tu fuerza, más se concentrará tu ki” o “Concentra tu fuerza en el
bajo vientre. “Yo trataba de prestar atención a lo que hacía cuando tomaba
ukemi y creo que después de algunos años comencé a darme cuenta de lo que
hablaba y de lo que hacía.
Sabía que finalmente había encontrado una forma de práctica que
funcionaba para mí. Desde entonces trabajé en una técnica por vez
exclusivamente. Por ejemplo no hacía nada más que Ikkyo (Shomenuchi) por medio
año, no importaba en que dojo me encontraba. Entrenando de este modo comprendí
profundamente cada técnica. Me ayudó a darme cuenta de que manera encarar cada
técnica, en cada diferente situación, y también del principio básico e cada
técnica (que se puede aplicar a otras). En aquellos tiempos cuando enseñaba
solía decir cosas como: “Obsérvense atentamente y sientan que están haciendo” o
“sientan a su compañero y observan la relación entre Ud. Y él”. Por “Ud.” yo
quería decir estado mental y balance físico, así como la relación entre ambos.
Hay una expresión: “Mente, técnica y cuerpo son uno sólo” (Shin Gi TaiItchi).
Cuando la mente está en desorden, al cuerpo le es imposible moverse efectiva y
eficientemente. Del mismo modo un cuerpo fuera de balance puede agitar la mente
hasta el punto en que le es imposible comprender la relación entre uno y el
compañero, relación que en definitiva indica que técnica corresponde. Una vez
hecho el contacto inicial (de ai) moviendo el cuerpo apropiadamente (taisabaki)
y desequilibrando al compañero (kusushi) es imprescindible percibir que técnica
surge naturalmente de la relación entre uno y el compañero. O’Sensei hablaba de
“hacerse uno con el cosmos” o “ser uno con la naturaleza”. Una forma de
interpretar esto es tratar de no forzar la técnica de acuerdo con nuestra
propia y única voluntad, no insistir en
completar la técnica que uno ha elegido; deberíamos en cambio, percibir la
´técnica que surge naturalmente. Nosotros practicamos Áikido yendo a través de
las técnicas una por una, repitiendo lo que nuestro profesor nos muestra. Eso
significa que debemos hacer esa técnica en particular sin importar lo que
suceda (incluso si implica un grado de esfuerzo excesivo), en otras palabras,
incluso si involucro movimientos que no surgen naturalmente. Es importante ser
capaz de observarse a uno mismo para reconocer ese esfuerzo innatural como tal.
Se necesita ser lo suficientemente perceptivo y objetivo para decirnos a
nosotros mismo cosas como: “La técnica estuvo bien, pero el encuentro (de ai)
con mi compañero no está funcionando”. Es importante chequearse constantemente y vigilar la
conciencia de sí los movimientos son o no naturales.
Fue después de que comenzara a entrenar sin fuerza, que pude cambiar
inmediatamente la técnica que estuviera haciendo a otra. Esto es lógico porque
a menor esfuerzo empleado, más fácil es cambiar a otra cosa.
Practicando de este modo recordé las palabras de O’Sensei: “Cuando es
así, tú haces esto. Cuando es de esta otra forma, haces esto otro.”. El nunca
hacía lo mismo dos veces. Yo pensé: Creo que sé a qué se refiere. Con esta
clase de perspectiva, nunca se utiliza demasiada fuerza, porque cada uno cambia
a otra cosa según se necesite.
Imagine un río con rocas en él. Cuando el agua se encuentra con rocas
pequeñas, fluye sobre ellas. Cuando se encuentra con rocas más gran es, fluye
alrededor de ellas. Incluso si se contiene su cauce, el agua no se detiene, y
en realidad su energía potencial sigue aún allí arremolinándose y acumulándose
detrás de la presa, tratando de quebrarla o rebasarla.
Aikido es igual. No es un “camino de vida” si uno limita el encuentro
a una técnica particular. Es importante ser capaz de cambiar y hacer otra cosa
ni bien las condiciones cambian, y suspender lo que uno está haciendo para
obtener el efecto deseado.
No se trata sólo de fluir hacia algo diferente cuando uno se encuentra
bloqueado, es también necesario investigar como “ahorrar energía”. Además,
todos tenemos posibilidades sin desarrollar, por lo tanto deberíamos pensar
cómo sacarlas a relucir aplicando aquella energía latente.
En el “Tora No Maki” una obra que según se dice contiene los secretos
más profundos de las artes marciales y la estrategia, se comenta: “Lo que llega
es recibido, lo que se va, es enviado en esa dirección; lo que está en
oposiciones, armonizado. Cinco y cinco es diez, dos y ocho es diez, uno y nueve
es diez. De esta manera las cosas deberían armonizarse. Distinguir apariencia
de realidad, comprendiendo el propósito verdadero y la estrategia oculta;
conocer la potencialidad inadvertida y las implicaciones escondidas. Comprender
tanto el plan general como así también prestar atención a los detalles y particularidades,
tanto como sea necesario. Cuando uno se enfrenta con una situación de vida o
muerte responder a los cambios que tienen lugar y enfrentar la situación con la
mente libre de agitación”. Este corto pasaje me proveyó de un vasto alimento
para mis pensamientos.
P: Esas palabras pueden ser
aplicadas tanto al Aikido como a la vida en general.
E: Exacto. Nosotros aprendernos tales cosas a través de la práctica
pero en realidad la mayoría de nosotros pasa más tiempo fuera del dojo que en
él, por lo tanto sería extraño no darse cuenta de que lo que aprendemos en el
dojo es extensivo a otros aspectos de la vida.
No es del todo apropiado hablar de ganar o perder cuando se habla de
Aikido, pero la mejor victoria es, creo, cuando se logra armonía con el
oponente y ambos sienten esa armonía.
Tenemos la oportunidad de estudiar muchas técnicas diferentes durante
nuestro entrenamiento, pero creo que no es necesario que sean tantas. De Hecho,
podría ir tan lejos como para afirmar que las técnicas que se toman para 5º Kyu
(shomenuchiikkyo, shomenuchiirminague, katatedorishihonague y
suwariwazakokyuho) pueden probablemente enseñar todo lo que uno debería saber
sobre acerca del ma-ai, sabaki, kuzushi y la forma de usar el cuerpo y la
mente. Muchas personas no se sienten satisfechas a menos de que aprendan un
gran número de técnicas, pero el hecho es que sólo permanece lo comprendido. Lo
enseñado no es verdaderamente propio hasta que no ha sido interiorizado a
través del esfuerzo.
P: ¿Cómo compararía la práctica
en Japón con la práctica en el extranjero?
E: Odio decir esto, pro siento que los japoneses no son tan buenos en
el sentido de que son demasiado rígidos. La falta de práctica puede ser parte
del problema, pero el japonés es demasiado estricto en el dojo. Pienso que es
importante mantener una suave y relajada actitud durante toda la práctica. No
creo que esto vaya en contra del vigor marcial del arte, mientras se practique
seriamente. Hay una famosa historia sobre el 311 Shogun del período Tokugawa:
Lemitsu (1604-1651, gobernó desde 1623-1651)
Según parece había recibido un tigre de regalo desde Korea. Lemitsu
puso viarios animales en la jaula para ver cómo les iba. A ninguno le fue muy
bien, por supuesto. No encontrando esto interesante, decidió “subir la apuesta”
enviando a YagyuTajima No Karni, un consumado espadachín quien además había
pasado a ser un instructor de esgrima. Yagyu entró armado con su bokuto (espada
de madera) pero logró sobrevivir y emergió de la jaula exhausta y bañado en
sudor. Luego Lemitsu decidió mandar al monje Zen Takuaii. Después de discutirlo
un rato, Lemitsu lo amenazó con castigarlo y Takuan aceptó. Cuando entró a la
jaula el tigre simplemente se aproximó y se hecho cerca de sus pies.
La historia es un buen ejemplo de que siempre hay que mantener un
estado de calma ordinario y cotidiano. No importa si tu enemigo es una persona
o un tigre, si te aproximas con una actitud dañina, querrá atacarle. Pero si
uno no oculta ninguna intensión y se deja impregnar por una calma normal y
cotidiana, lograrás un estado de ecuanimidad. (HeigoShiti).
Si la práctica de Aikido fuera solamente practicar la forma (kata)
entonces uno debería hacer una técnica correcta y el compañero tomar ukemi.
Pero la forma de Aikido no siempre es suficiente. Tratando de hacer cualquier
técnica puede uno encontrarse haciendo un esfuerzo excesivo. Cuando uno se ve
haciendo esto, hay una oportunidad para dar un paso atrás y preguntarse qué
está fallando. El problema está en ¿cómo se llevó a cabo el encuentro inicial?
¿Está uno desequilibrando correctamente al compañero? ¿Se maneja un timing y
una distancia correcta? ¿Se utiliza correctamente la respiración (KoKyu RyoKu)?
¿Hay algún problema con el método en general? Uno de los objetivos más
importantes del entrenamiento es tratar de darse cuenta que está uno haciendo
mal y planear que hacer al respecto.
El primer paso es, por supuesto, ser capaz de reconocer (o “sentir”
como suelo decir) cuando uno se topa con una limitación. Ser incapaz de
reconocer cuando algo involucra excesivo esfuerzo (es decir estar tan apegado
que uno no puede hacer otra cosa) es una mentalidad rígida que no es diferente
del mero “esperar la muerte”, no hay
evolución y progreso.
Estoy hablando de la importancia de varios conceptos distintos como
“mutabilidad” (Henka), fluir (Nagare) y evitar el esfuerzo excesivo, pero todo
esto habla de algo más profundo, que es expresado en un dicho dela escuela de
sable Jigen: ”No hay una segunda espada en JigenKyu”. Si mi interpretación es
correcta, creo que refleja lo que considero la esencia y el objetivo máximo de
mi entrenamiento, que se podría resumir con estas palabras “Sólo hay movimiento
hacia adelante”.
P: ¿Qué tipo de entrenamiento
siguió fuera del Dojo, y cuál piensa que sería apropiado para los instructores
y para aquellos que se dedican profesionalmente al Aikido?
E: Creo que cualquier tipo de entrenamiento personal puede ser
beneficioso, y en este sentido hay muchas cosas que uno puede hacer; por
ejemplo: ejercicios para desarrollar la fuerza física, mejorar el contacto
visual y la visión periférica, acrecentar la concentración, etc.
Una forma de entrenar la concentración es mirar por un instante un
objeto o una escena y luego tratar de recordar lo que se ha observado con el
mayor detalle posible.
En el libro de los Cinco Anillos dice: “fortalecer la percepción
intuitiva y no la visual”. Una forma de entrenar la visión periférica es
mantener los ojos fijos en un punto mientras se intenta percibir lo que sucede
alrededor.
Entrenar con un compañero, por ejemplo, puede ser provechoso para
investigar el estado mental necesario para desarrollar y mantener la
concentración y la intuición durante el mayor tiempo posible.
Desde mi punto de vista, la mejor técnica es aquella en que no se
experimentan por parte de los practicantes sentimientos como ser derrotado o
ser vencedor, sino el de un “encuentro exitoso”. Este encuentro existe incluso
si sólo sucede una vez en un millón. Nuestra meta es hacer que ocurra una vez
en medio millón, una vez en cien mil. Que esto ocurra dependerá de que tan
seriamente una persona aborde su entrenamiento. Para mí esto es muy importante.
Sentir la relación con su compañero. Cuando determinada técnica se vuelve
perfecta, sólo es perfecta en ese momento; cuando el encuentro entre uno y el
compañero fue defectuoso, una técnica no puede volverse perfecta. Cuando esto
sucede uno no debería evitarlo, sino aceptar la imperfección y considerar como
se puede aprovechar lo que se tiene. En otras palabras tratar de lograr lo
mejor de la relación.
P: Cree Ud. Que Ki No Nagare
(El fluir del Ki o Técnicas Fluidas) es un elemento importante en el Aikido?
E: Si Ud. Se refiere a técnicas antes de que me agarren o proyectar a
mi oponente sin tocarlo, la respuesta es no, eso no es parte de mi Aikido.
Cuando yo hablo de deshacerse de la fuerza no estoy solamente hablando de
deslizarse suavemente en la técnica justo cuando se produce el agarre. Yo me
refiero a algo que no es sólo físico, algo que tiene que ver con la mente como
con el espíritu, además de con el cuerpo. Los movimientos suaves no pueden ser
efectivos si la mente no está tranquila o uno no la puede usar en forma
efectiva.
Por ejemplo, yo digo a menudo durante la práctica que cuando el
compañero agarra fuertemente lo primero que hay que hacer es concentrarse
mentalmente en poner todo tu ser dentro del agarre. Cuanto más fuerte el
agarre, más profundo uno entre en él. No es correcto tratar de hacer la técnica
solamente con los dedos, la muñeca o el brazo. Uno debe tomar el centro del
compañero con el propio, una clase de interacción que de forma natural permite
sentir la dirección de la fuerza y energía del compañero, Un practicante
europeo me dijo una vez: “Todos los Shihan
están siempre diciendo que no use la fuerza, pero luego parece que ellos
ponen mucha fuerza en sus técnicas. Ud. es el único que hace la técnica sin
usar ningún tipo de fuerza aparente. “Me sentí satisfecho al escuchar esto
porque confirma que mi forma de encarar el Aikido no es equivocada.
P: ¿Qué piensa del
entrenamiento con la espada?
E: Bueno últimamente pienso que podría ser necesario practicar por lo
menos suburi, incluso aunque uno no llegue tan lejos como a enfrentarse con un
compañero.
Con respecto a mí, todavía hay algunas cosas que no entiendo del
Taijutsu (técnicas con manos vacías). Aún tengo mucho que hacer en términos de
mejorar mi Taijutsu y por lo tanto no me siento atraído a hacer mucho con la
espada todavía, esperaré a ser un poco más viejo para hacer un poco de akin con
jo y ken (como hizo O’Sensei en los últimos años). En ese momento me gustaría
comenzar a plantearme que significa enfrentar a alguien armado.
P: ¿Cuándo comenzó a viajar al
extranjero?
E: Mi primer viaje al extranjero fue cuando acompañé a Doshu en su
visita al Sudeste Asiático. Tenía entonces 29 o 30 años. Comencé a viajar a
Francia regularmente hace 15 o 16 años y, a Finlandia y Suecia hace como 11.
Un practicante europeo de mis clases en HombuDojo, me hablo hace algún
tiempo de lo impresionado que estaba con mi forma de practicar. Deseaba
invitarme a enseñar en su país, pero sentía que podía ser delicado ya que él
practicaba allí con otro profesor. Después de pensarlo durante algún tiempo
decidí que no tenía nada de malo después de todo. Hoy por hoy son cada vez más
las personas que me piden seminarios. Viajar al extranjero no es siempre fácil,
por supuesto, Por ejemplo, la barrera del lenguaje es siempre un desafío. Tatar
de comunicarte en inglés fue una prueba para mí. Durante mis visitas me
encuentro bombardeado con tatas preguntas que cuando me voy a la cama, no puedo
saber si estoy despierto o dormido porque el inglés da vueltas y vueltas en mi
cabeza. Sé que necesito aprender más inglés, así que empecé a estudiarlo de a
poco. Disfruto viajar al extranjero, y su pudiese mejorar mi inglés, tal vez me
gustaría pasar allí más tiempo.
P: ¿En el extranjero encuentra
personas que intentan probarlo a Ud. y a su “perspectiva”?
E: Esa clase de cosas pasan no sólo en el extranjero sino también aquí
en Japón. A las personas que quieren probarme, siempre les dejo tomar un fuerte
agarre antes de hacer nada. Mis brazos no son muy grandes y no soy particularmente
fuerte, además mi técnica aparentemente no usa fuerza, por lo tanto mucha gente
cree que no me será posible hacer nada si me sujetan con fuerza. A menudo se
sorprenden cuando notan algo diferente a lo que esperaban.
P: Algunos dicen que aikido es
fundamentalmente Taijutsu (técnica de manos vacias) y que el entrenamiento con
boken y yo es una actividad complementaria que debe ser practicada sólo
ocasionalmente. Por otra parte, otros sostienen que la práctica con boken es
imprescindible, ya que los movimientos de Aikido están basados en los
movimientos de la espada. Mientras que algunos dojos no utilizan ken y jo en
absoluto, otros ponen el acento en su práctica. Desde su punto de vista, ¿qué
lugar ocupa la práctica con armas en Aikido?
E: Pienso que es importante que aquellos que tienen la posibilidad
practiquen con jo y boken regularmente, y no sólo como complemento de su
técnica.
Personalmente pienso que es necesario entrenar con las armas; pero por
el momento mi interés está en las técnicas de Aikido.
Cuando suelo practicar con boken o jo, pienso en los principios de las
técnicas de Aikido, y cuando practico Aikido pienso en los movimientos de boken
y jo. En este sentido, mi entrenamiento con armas es complementario.
P: ¿Cuál es el significado de
una técnica como ikkyo y qué método utiliza para su desarrollo?
E: Creo que es muy importante comprender en profundidad aquellas
técnicas requeridas para 5º kyu: Shomenuchiikkuyo, Shomenuchiiriminague,
katatedorishihonague y suwariwazakokyuho.
Dependiendo de tu aproximación al entrenamiento, estas técnicas pueden
enseñarte mucho sobre el momento de contacto (de-ai), el movimiento corporal
(sabaki), deseguilibrio (kusushi), los intervalos (tanto en tiempo: hyoshi,
como en distancia: ma-ai) el desarrollo
del ki (energía vital o espiritual).
Sobre Ikkyo en particular, mi única recomendación es la de moverse con
el sentimiento de darle la bienvenida al ataque del oponente.
P: El método de enseñanza que a
menudo se utiliza en Aikido consiste en que el instructor muestre una técnica y
los alumnos practiquen entre ellos. Esta forma de enseñar brinda el estudiante
pocas oportunidades de aprender en forma directa del profesor. Si además, éste
resulta ser principiante se encontrará completamente perdido. Muchas personas
están disconformes con este tipo de entrenamiento en el que no se da lugar a
las preguntas directas.
¿Cree Ud. que esto es algo que
debe aceptarse como parte de la práctica o es algo que debería modificarlo?
E: En HombuDojo el tamaño del propio dojo y la cantidad de personas
que practican hace realmente difícil escuchar explicaciones o hacer preguntas,
lo único que recomiendo en estos casos es concurrir a la clase que uno está
interesado y practicar lo más cerca posible del profesor.
P: ¿Qué espera para el futuro?
E: Bueno me parece que los dojos en Japón hoy en día no tienen la
atmósfera que se merece el término “dojo”. Muchos son solo espacios rentados en
los gimnasios públicos y en centros culturales. Desafortunadamente estos
lugares no conducen al desarrollo de verdaderas relaciones
“de corazón a corazón” entre el alumno y el profesor. Soy afortunado
al poder entrenar con diferentes personas, y tanto aquí en Japón como en el
extranjero; y el poder hablar con ellos de O’Sensei y el Aikido siempre me
lleva a enfrentar mi relativa inmadurez enel arte. Es por esto que durante
mucho tiempo desee para un dojo un ambiente que haga posible unentrenamiento
más constante y deliberado. En el pasado mes de abril, gracias al apoyo de Doshu y otras personas,
puede finalmente concretar mi dojo propio.
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