Este arte no tiene como meta el dominio de las técnicas de lucha, sino que éstas no son más que el medio para conocer nuestras limitaciones, mejorar nuestras facultades físicas y mentales y pulir nuestro "YO". Por tanto, es evidente que este Arte es algo más que un simple estilo de lucha corporal y que el auténtico adepto ejerce una profunda influencia vital capaz de transformar y mejorar su personalidad, y como consecuencia: su vida.
Aikido como disciplina educativa
Los continuos y rápidos cambios de "formas" de vivir, la ausencia de valores estables de la civilización actual, imponen al individuo un esfuerzo constante de adaptación que acaba por alterar su sistema regulador y su equilibrio psicológico.
Pero... ¿Cuál es la relación del aikido con el problema existencial del hombre?, ¿Hasta qué punto constituye una ayuda, una terapia, o un camino de educación que pueda llevarle a la armonía absoluta?. El solo hecho de adherirse a los principios esenciales del aikido, u otro arte marcial no será suficiente para que todo cambie.
Los ejercicios previos a la práctica de las técnicas propiamente dichas, en su conjunto psicofísico, se desarrollan en un ambiente de calma que favorece la introspección, la identificación con la realidad, la armonía física y mental para obtener del "yo integral" una actuación coherente y unificadora.
El objetivo último del aikido a través de los ejercicios propios como arte marcial es el de facilitar el descubrimiento de nuestra identidad, así como la coherencia en el comportamiento para alcanzar la armonía y la paz interior sin rechazar nada de lo que constituye la personalidad propia, tomando conciencia de todo lo que hay en nosotros susceptible de cambio.
Aikido como arte de defensa personal
La práctica de esta "disciplina" es un continúo adiestramiento en el dominio de sí mismo, enseñando al educando a actuar sin cólera, sin miedo y de acuerdo con las leyes naturales, que bien utilizadas, le permiten adueñarse de la energía del ataque del agresor y volverla contra él mismo. Sus técnicas se aplican en forma concreta de ataques de cuchillo, bastón, patadas, a mano libre, etc.
El Aikido, utilizado como defensa personal se adapta perfectamente a las exigencias del Código Penal que sólo permite el uso de la legítima defensa cuando se da un ataque injusto, inminente, actual y real, porque sus técnicas sólo son posibles ante la iniciativa desencadenada por el agresor y no buscan destruirle sino únicamente neutralizarle sin causar lesiones, aunque parezca utópico.
Aikido como deporte
Se puede considerar también como un deporte, pues hay una actividad física encaminada al mejoramiento fisiológico del practicante como: elasticidad, flexibilidad, desarrollo cardiovascular, desarrollo de la actividad psicomotora, desarrollo y mejoramiento dela capacidad respiratoria que masajea los órganos internos mejorando el trabajo de éstos. Y de manera muy especial, las técnicas de Ukemis (rodamiento y caídas) que una vez aprendidas, se convierten en verdaderos automasajear relajantes que ayudan también a la mejor circulación sanguínea distribuyéndose de manera eficiente en todo el cuerpo.
Como resultado de la aplicación graduada, sistematizada y equilibrada de las técnicas físicas se obtienen resultados satisfactorios como ayudas auxiliares para el educando durante su etapa de aprendizaje.
Aikido como disciplina de desarrollo integral
El mensaje que el aikido pretende inculcar al practicante, es el de la serenidad del espíritu, el rechazo de la violencia, la no resistencia y el respeto máximo a todos los hombres. En los entrenamientos se le enseña a actuar sin agresividad, sin brutalidad, sin ánimo de oposición ni de imposición.
Esta disciplina contribuye a establecer un sólido equilibrio psicosomático, favorece la elasticidad de las articulaciones y nos enseña a ser más conscientes de nosotros mismos y de los demás.
Aikido como disciplina orientada al desarrollo de un mejor ciudadano
Bajo el punto de vista ético, el aikido es una excelente escuela de autodominio (control emocional) y de comportamiento social, al excluir la agresividad, las reacciones violentas y las actitudes provocadoras.
Sus objetivos alcanzan, así mismo, todos los aspectos de la vida ordinaria del practicante y ayuda a mantener una actitud serena, confiada y relajada ante cualquier circunstancia generadora de tensión, de angustia, de estrés, de ansiedad, de prisa, etc.; a través de la respiración, la postura corporal, el tono muscular y la práctica del seiza.
teniendo muelles en el corazón se puede practicar este deporte mi correo es rafaelfflobo@gmail.com gracias anticipadas y espero alguna respuesta y mi mas enhorabuena por su pagina un abrazo Rafael.
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