Nota: Entrevista
realizada hace aproximadamente 15 años
Aprovechando
su visita de marzo a la argentina, entrevistamos a Claude Berthiaume, 6 to. Dan
de Aikido. Berthiaume, de 43 años, posee un dojo en Montreal, donde dicta
clases, y brinda seminarios, no sólo en Montreal, sino también en Quebec, EEUU
y Argentina.
Cuando
Claude Berthiamue abandono la práctica de hockey en 1971, a los 17 años, no
imaginó que un pequeño aviso sobre Aikido, publicado en el periódico de su
Montreal natal, le cambiaría la vida. Hoy, luego de dedicar 28 años al arte que
ama, se asombra de haber llegado hasta donde hoy se encuentra. Recuerda, por
ejemplo, que, cuando rendía el examen para 5to Kyu, le parecía que jamás podría
rendir con éxito el de 3er kyu.
Tuvimos la
oportunidad de conversar con él, gracias al Sensei Juan Tolone, con quien se
contactó a través de Yamada Sensei.
KI: ¿Cómo ve al practicante argentino comparado con el
canadiense?
CB: Son muy parecidos. Aunque aquí es un poco más nuevo
que en los EEUU, con la influencia creciente de los shihanes, como Yamada
Sensei, el Aikido en la Argentina está creciendo muy rápidamente.
KI: ¿Cómo es su kamae ante la vida?
CB: Cuando uno entrena, trata de relajarse y ser
respetuoso. Lo que más me atrae es brindar Aikido a la gente y recibir dela
gente enseñanzas. Este sería mi kamae.
KI: ¿Cómo es su Maai ante sus alumnos?
CB: Mis alumnos son todos individuos; no quiero que se
conviertan en copias. Quiero enseñarles lo básico pero, cada uno, debe crecer
en lo suyo. Cada uno trae algo al dojo; hay personas que se inclinan más por lo
físico, otros por la técnica, pero todos son importantes. Esto es lo que hace
que un grupo de practicantes sea fuerte y unido.
KI: Si no existir un atacante en Aikido, ¿existiría el
Aikido?
CB: O’Sensei, que era una persona muy espiritual,
eligió un arte marcial como el Aikido para trascender más allá del espíritu. Un
atacante, supongo, es muy importante. Al menos en la parte física.
KI: ¿Quién es más importante en la práctica: el Uke o
el Nage?
CB: Se necesitan de los dos para poder desarrollarse y
crecer. Se aprende realizando ukemi para los shijanes y, cuando se puede llegar
a ser un muy buen Uke, se siente al movimiento. Si uno tiene la oportunidad de
ser Uke con cinturones más avanzados, se aprende mucho.
KI: ¿Utilizó Aikido para defenderse en su vida?
CB: (se ríe) No mucho…
KI: ¿Qué hay de cierto en que el estudiante comienza a
disfrutar Aikido cuando aprende a caer?
CB: Esto es
individual. No todas las personas se sienten atraídas por la mismas cosas
dentro del Aikido pero, cuando una vez que empiezan, es como una droga.
KI: ¿A qué se debe el crecimiento del Aikido en estos
momentos?
CB: Con que una persona practique. Esto hace que se
corra la voz. Además, al no haber competencia en el Aikido, y ya la gente, en
la vida cotidiana, se enfrenta a demasiadas competencias, se ve al Aikido como
una opción muy atractiva. En Aikido, la única competencia es con uno mismo.
Tratar de mejorar en la práctica.
KI: ¿A qué se debe que, en Aikido, haya una mayor
valorización de la persona y, por lo tanto, un mayor respeto hacia todo
practicante?
CB: Si practico con alguien y estoy por romperle el
brazo, voy a parar porque no lo quiero lastimar. Yo no gano nada rompiéndole el
brazo. Pero, si compito y quiero ganar, no me importará si el otro está en una
mala posición. En Aikido, siempre tratamos de respetar el nivel de cada
persona. Podemos hacer el mismo movimiento con alguien que recién comienza,
como con alguien que practica desde hace 15 años. Cada practicante siente el
límite del otro y logra su equilibrio.
KI: ¿Qué es el Ki para usted?
CB: El Ki es energía y la energía es poder, potencia.
Potencia, no sólo en fuerza, en flexibilidad o en técnica. Ki es la unión de
todo esto, sumándole la respiración.
KI: ¿Cómo “carga las pilas” para seguir adelante con el
Aikido?
CB: Hay veces en las cuales estoy cansado. Trabajo todo
el día. Pero cuando llego al dojo, allí es donde me “pongo las pilas”; allí
cada uno trae su propia energía y, cuando uno entra, no hay otra elección. Hay
ocasiones, donde uno entrena y está cansado antes de irse; pero, cuando sale
del dojo totalmente cargado, lleno de energía, no puede ni dormir.
KI: ¿Qué significa Aikido para Claude Berthiaume?
CB: Aikido es la manera de brindarle paz a la gente.
Este es el objetivo del Aikido: no tirar gente, ni inmovilizarla, sino llevar
armonía entre los seres humanos y con todo lo que nos rodea. Si miramos un poco
para afuera, hay mucho trabajo para realizar. Comenzando por mí…
Morte Dori Shihonage